En el momento en que nos enteramos a través de medios de información y comunicación de lo que se ha convertido México en cuestiones de seguridad y honestidad, ha sido, desde mi punto de vista, deprimente y devastador. Lo problemas son muchos y soluciones escasas; sin embargo, mucho se ha apostado, y aplaudo, el posible camino para salir de este “bache” que nos impide progresar hacia un futuro merecedor de la gente mexicana: La educación, es sin duda, la opción más convincente que puedo visualizar para los problemas que asechan nuestro mundo.
La educación en México ha pasado por estragos que en lugar de ser prometedores para las futuras generaciones, funciona de una forma elitista y poco ética. Me refiero a que el sistema educativo hasta el momento no ha podido perpetuar y cubrir las necesidades que urgen sean cubiertas. Dicho sistema es la realidad de nuestra sociedad, y no por ello, dejamos todo el peso de culpabilidad al mismo sistema, sino a las pocas oportunidades que se dan a la contribución de un cambio en la educación. Mucho se ha hablado de la renovación y recreación de una educación con calidad. No preguntamos ¿qué es calidad? Desde mi punto de vista, una educación con calidad es la que nos permite aplicar lo aprendido en la escuela en la vida cotidiana, y que ese aprendizaje sea permanente y solido, para que éste sea transmitido en un futuro, pero no como información, sino como experiencia que se vive con intensidad y emoción. Aunque los nuevos enfoques (como el enfoque por competencias) manifiestan que la renovación en la educación debe trascender fronteras y satisfacer las demandas del país, no se ha logrado aterrizar debido a diferentes aspectos: consolidación del enfoque, adaptación al contexto, falta infraestructura entre otros. Un punto que enfatiza el enfoque por competencias es el uso de las tecnologías de la información y comunicación. El utilizar las Tics revoluciona en gran medida la educación desde de la manera en cómo se concibe la enseñanza –aprendizaje hasta los efectos en la vida de los estudiantes. Sin lugar a dudas, existen cambios desde la implementación de las Tics, pero el sustituir el pizarrón por una presentación en diapositivas no es un cambio en el uso de las tecnologías. El desconocimiento en la alfabetización digital no permite implementar nuevas maneras de utilizar internet y todos los recursos tecnológicos en la educación. En lo particular, cambiaría la manera de concebir el uso de las Tics, ya que es un elemento sustancial para empezar a adaptarlos en el aula y por supuesto difundir e implementar alternativas para que el uso del internet y tecnología sean aprovechados en el aprendizaje. Sin embargo, existe un problema, al menos en la institución donde laboro: la falta de recursos, debido a que la zona rural no tiene acceso a esos medios, y es muy difícil que los estudiantes, profesores y directivos cambien de manera radical. Si bien, existe buena voluntad e intenciones de subsanar este problema, no será tan radical cambiar la visión que se tiene de las tecnologías. Así que la tarea que queda a los profesores es conocer las Tics, para difundir sus ventajas en la educación, para que los educandos se involucren en una nueva comunidad de práctica.
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